Había dos enormes jacarandas en el patio de mi niñez. Había un árbol de peragua, tres de mango, diez de níspero, como cuatro de guayaba o de cas. Con los brazos abiertos yo abarcaba apenas un cuadrante del tronco del primer jacaranda. En la niñez todo es enorme, en la madurez más aún. En la niñez porque uno es pequeño, en la madurez porque ni modo, todo es enorme.

lunes, 17 de octubre de 2011

Si Dios existiera

Artículo publicado en "Tinta Fresca", revista PROA, La Nación, septiembre 2010.


Pero… ¿cómo haría para mostrarse?

Creo que, si Dios existiera, su primer tema de agenda sería aclarar el punto, porque le parecería una terrible injusticia tenernos en ascuas, siglos y siglos debatiendo su naturaleza.

Le sería inadmisible que algunos creyeran en él y que otros no, que unos se lo imaginaran violento (“el señor de los ejércitos”), otros un bucólico criador de ovejitas (con eso del “cordero de Dios”), y otros más proclive al suicidio sagrado, con yihad y coches bomba.

Además, si se manifestara de modo fehaciente las ganancias serían inmensas. Para empezar, dejaríamos de pelear por eso. Bien se sabe que las guerras entre religiones han sido las más cruentas. Por si fuera poco, ya no se requerirían sacerdotes porque todos conocerían lo suficiente acerca del creador, y sobre todo no habría que devanarse los sesos con arduas especulaciones sobre la esencia del tiempo y del espacio.

Iluminados por fin, los humanos tendrían un rumbo preciso. Por ejemplo, Dios nos podría decir algo así: “la eternidad está en ustedes mismos. El cielo está al final del camino, y ustedes lo han venido recorriendo desde que los creé”

Después agregaría, entusiasta: “Al inicio sólo gruñían, luego aprendieron a hablar y por primera vez tuvieron memoria colectiva. Luego escribieron, y esa memoria persistió. Después hicieron libros, y la memoria se propagó, tuvieron bases de datos y la memoria se amplió, al cabo las enlazaron con Internet y la memoria se hizo dinámica y universal”.

“Vean como ya han hecho un mapa del genoma”, continuaría, “y pronto tendrán el del proteoma, y con eso sabrán tanto sobre la entelequia bioquímica de sus cuerpos que podrán mejorarlos drásticamente. Ya viven en promedio el doble que al principio, ochenta en vez de cuarenta años, sigan adelante y verán cómo llegan a muchos más”.

Hasta ahí muy bien, pero… ¿cómo haría para mostrarse?

Me he quedado en un cilindro. No le bastaría con la belleza que nos circunda: los celajes, el verdor de los montes, el asombro que las cosas elementales dejan. Esto va en cursivas porque es del maestro Borges. Y además tendría que confesar que no todo le salió bien: huracanes, terremotos, enfermedades…

Igual podría pasarle con el amor o la música, ¡le diríamos que también hay ruido y odio, y que es creación nuestra, no suya! Si se nos metiera a todos en la mente acudiríamos al siquiatra porque tenemos alucinaciones. Si se materializara como un OVNI, un Terminator o un Godzilla, le iría peor…

Por eso: ¿cómo haría? No sé, no tengo la menor idea. Pero sí debería estar tratando, así espero, al menos.


P.S.

Madre trató de irreverente este artículo. “Atrevido”, sugirió también, dudosa. Creyente ferviente y congruente (para que salga en verso) no hallaba el término que aclarara y justificara su azoro, su estremecimiento.

Fue, con todo (y como era de suponerse, viniendo de ella), la crítica más condescendiente que recibí de feligrés alguno. El texto pretendió señalar la intolerancia del religioso (inveterada, empedernida) y con pocas excepciones –como una que muestro más abajo - los correos que recibí corroboraron mi hipótesis; ya que no mi demostración. Aclaro: nunca quise demostrar nada, nadie ha podido en este terreno más que sentir y pensar. De una parte, fueron correos que enriquecieron mi catálogo de insultos (uno de tantos carcaj que debe, supongo, poseer un narrador), de otra parte se reiteraron en su encono, con monótono acorde. No he corregido horrores ortográficos o gramaticales.

De José:

“Me permito decirle que Dios existe; y se lamenta de permitir criterios vacios provenientes de personas ignorantes como usted. Así como aplica su derecho de expresión, lo hago de igual forma por este medio, personas carentes de valores son las que corroen el pensamiento del ser humano imaginandose que la funsión de la evolución y el conocimineto ha sido exclusiva del mismo. La retorcida y transtornada mente de estos seres que no creen en Dios sólamente hacen de nuestro entorno un ambiente sin valores y carente de buenas costumbres

De Joshua:

“La pregunta que titula su escrito se encuentra llena de ignorancia y le voy a explicar el motivo…”

“No permitamos que Satanás se fortalezca con este tipo de publicaciones. Deberíamos utilizar estos espacios para construir. Suficiente gente perdida hay en este mundo como para dar alas a mas libertinaje

De Pablo:

“Sirva el medio para expresarle mi opinión acerca del "artículo" publicado por ud en el diario La Nación, de verdad que tenía tiempo de no leer algo tan estúpido , y lo peor es que no fue gratis; tuve que comprar el diario para haber perdido mi tiempo y dinero con un artículo tan light , tan pobre , tan ridículo y sobretodo tan irrelevante. Que peligroso resulta que gente como usted tenga ese cierto poder para poder publicar cosas tan vanales y fantasiosas , tan carentes de sentido común o de realidad . Casi que lo que leí pensé que era una nota escrita por algún esquizoide en plena crisis con delirios místico religiosos. Doy gracias a Dios que exista la libertad de expresión en mi país para poder manifestarle mi total aborrecimiento a lo que publicó, y sobretodo recomendarle generar algún tipo de notas con un mínimo de sentido común y una pizca de relevancia

De Peter:

“Si dios existiera...refleja nuestro afán por encontrarle respuesta a todo y encasillar dentro de un mundo supuestamente lógico y positivo todas las cosas, aún aquellas que no responden a la forma en que supuestamente creemos entender la realidad...y la ciencia, por no logra entender ni encasillar esos eventos, los ubica como procesos "irracionales" , "subconscientes", "subjetivos"... una verdadera autopista tan ancha como la galaxia, donde cabe todo lo que no entendemos

Del Dr. Carlos S:

“He leído con cuidado dos veces su artículo de hoy de la Nación. Excelente desde todo punto de vista. Esa inquietud la he tenido ya por muchos años y muy probablemente millones de personas de este planeta. Por ejemplo Epicuro hace más de dos mil años afirmó: " dioses? Tal vez los haya. Ni lo afirmo ni lo niego, porque no lo sé ni tengo medios de saberlo. Pero sé, porque esto me lo enseña el espectáculo diario de la vida, que sí existen, en todo caso, ni se ocupan ni se preocupan por nosotros".

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